domingo, 19 de marzo de 2017

Descubriendo los quesos madurados de Ananké…





Este sábado pasado 11 de marzo, la ciudad de Mérida tuvo la oportunidad de disfrutar de algo diferente.  Así mismo,  la iniciativa de Xiniay Peter, luchadores  incansables de lograr un mejor país, invitaron a dos grandes profesionales que hace 11 años buscaban algo distinto en sus vidas.   

Esa búsqueda de un “destino ineludible  las llevó a producir un queso fresco de cabra de la más alta calidad, logrando desarrollar una comunidad de productores caprinos, haciendo crecer sus rebaños y elevando los estándares de producción.   

Posada Xinia y Peter


Hoy día,  ya maduras y listas para continuar creciendo decidieron dar otro paso adelante logrando la elaboración de “Quesos Madurados”. 
Marianela García y Elisa Grimaldi son las protagonistas de esta pequeña historia, llamada Ananké que junto a tres vinos otorgados por Casa Oliveira,  la cocina del Chef Nestor Gutierrez de la Posada Xinia y Peter más el debut oficial como Sommelier de mi persona presentando las armonías y los vinos, logramos no la suma para otorgar un gran evento, se logró la multiplicación de ideas que culminó generando  una deliciosa experiencia enogastronómica. 


Ananké


La presentación de tres quesos madurados, llamados:  

  *Paramero
           *Paramero con cenizas
                          *Galipanero,  
cada uno de ellos en tres diferentes estadios o niveles de envejecimiento.  


 
En total 9 quesos a degustar  que fueron analizados previamente cada uno para posteriormente ser armonizados con  tres vinos de diferentes países y de diferente tipo.   




El primer vino de la tarde fue de Viña los Vascos, Dominio de Barons de Rotshchild, de uva Sauvignon Blanc, año 2013, Chile, y que acompañó perfectamente al queso Paramero fresco adicionalmente  un aperitivo realizado que consistía en una tartaleta intervenida que contenía una pequeña ensaladilla de tomates cherry, verdes del huerto y el queso.  Los niveles de acidez del queso, del vino y los aromas vegetales, herbáceos  presentes en ambos productos lograron una conjunción maravillosa de placer. 



EL segundo vino de la tarde fue un vino tinto, su nombre Partager, perteneciente a  Barton & Guestier, Francia.  Un vino de mesa,  fácil de tomar, de cuerpo medio, muy aromático con agradables frutos rojos  fue quien acompañó  al madurado Galipanero  semi-envejecido y a un crocante de ajonjolí, que adicional al queso lo coronaba una lámina de fresa fresca.   Pero la experiencia de este aperitivo fue más allá cuando al agregarle unas pequeñas gotas de miel trufada  le dio paso para que el tercer vino de la tarde entrara  en grande. 





El tercer vino fue para  Portugal, un Oporto de la compañía Barros tipo Tawny, envejecido en Barricas de Roble por 3 años que acompañó  además del bocado que hice mención anteriormente, al queso Paramero con cenizas de zanahoria y profundamente envejecido.    Un vino diferente y de otro nivel para un queso que no podía aceptar nada menos.  Adicionalmente y para cerrar con broche de oro  desde la cocina llegó al plato de los comensales una cesta de chocolate con helado de queso fresco suave, coronado por sirope de ají dulce y naranjas confitadas, logrando generar una sensación indescriptible para muchos de los presentes. 





Una tarde - noche,  cargada de música instrumental en vivo magistralmente interpretada, emociones, buena vibra  y de una experiencia maravillosa, que invitan a un país posible.  


Los vascos, Partager y Oporto Barros









Nestor Gutierrez



Esta es la Mérida Preciosa luchando por un turismo gastronómico.   

Les invito disfrutar y descubrir los sitios web de


Xinia y Peter

Marianela y Elisa


















Vicente González






¡Salud!

Vicente A. González H.
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Twitter: @sociedadmerida/@sumillervicente

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