sábado, 2 de marzo de 2019

El vino viaja por España... VI parte

Comienza nuestro día, ya era 06 de junio,  año 2018, el grupo de viajeros hasta este momento sin ningún motivo para discrepar, todos alineados con los astros y prestos a disfrutar desde el momento de decir buenos días, hasta que ya el cuerpo decía ni una gota más por favor.    Cada mañana en el 70% de los días pude salir desde muy temprano a caminar, trotar, disfrutar del silencio del amanecer y lo que representaba ese instante individual.  Hubo mañanas donde la lluvia no me permitía salir, pero entonces el gimnasio del hotel donde pudiéramos estar estaba ahí para poder decir presente.  Ya para esta fecha la confianza entre nosotros era maravillosa y solo era a cada propuesta decir, SI.   Para las damas del grupo la noche anterior fue ese momento de ver un rato, solo un rato un centro comercial con tiendas a visitar y algo comprar.  Nuestro destino, San Sebastián, el popular Donostia.


Comenzábamos nuestra travesía del día visitando una Sidrería en Usúrbil, municipio de Guipúzcoa, País Vasco a unos 10 km de la ciudad de San Sebastián.





En Urdaira nos recibe amablemente un paisaje estupendo rodeados de plantas de manzana, mejor dicho bellísimas plantas de manzana, perfectamente alineadas, podadas, y con un verdor que expresaba el cuido hacia ellas de manera total.
Ya los procesos de vinificación a partir de este instante eran diferentes a lo vivido días anteriores. Hoy no veríamos uvas, Francisco su propietario y excelente anfitrión se encargó desde nuestra llegada de proveer toda la información posible, de su elaboración y todo lo que representa disfrutar de una buena Sidra.

Luego de observar las instalaciones  y la explicación del proceso aunque estaban cerradas al público en general una gran mesa nos esperaba, con sus barras de pan sobre ella y grandes barriles de madera a los lados le acompañaba.





En este momento las copas de cristal fueron sustituidas por unos vasos muy delgados y de un material que no era plástico, tampoco acrilico y tampoco vidrio.  Pudiera parecer la conjunción de los tres.  A partir de ese momento comienza la fiesta y el vídeo puede mostrar de forma muy elocuente lo que yo no puedo describir acá con palabras.





Como bonita sorpresa, tortillas, centollos, bacalao era el menú y cada 10 minutos en promedio nos levantamos de la mesa para ir en grupo a buscar en ese ritual y degustar esa maravillosa Sidra.  Si no me equivoco y sin exagerar fueron más de 10 Sidras en diferentes tiempos y procesos de elaboración, una mejor que la otra y para diferentes gustos.
























Qué bonita experiencia disfrutada, realmente inolvidable. 


Esa noche de llegada a San Sebastián ya estaba programada la visita y encuentro con algunos integrantes de una Sociedad Gastronómica, así fue, y así llegamos a Asteasu,  municipio ubicado en la provincia y territorio histórico de Guipúzcoa, en la comunidad autónoma del País Vasco, en España, y con ello nuestra llegada a la sede de la Sociedad Gastronómica ¨Aitz Ondo¨.  Un pequeño recorrido por el pueblo, escuchar y compartir con su gente. 







La característica básica y fundamental de las Sociedades Gastronómicas es ofrecer a sus asociados recreo y descanso en base a la gastronomía. Para ello el local dispone de unas instalaciones cada vez más confortables y, como piezas fundamentales, de una cocina y bodega utilizadas libremente. 
La cocina y la bodega. Ambas cuidadosamente mantenidas de forma que cualquier socio pueda preparar la cena  o prepararse él mismo la merienda antes de la partida de cartas. La Sociedad Gastronómica fue el primer self service del mundo. Cualquier socio podrá retirar de los armarios cuanto precise para cocinar: perolas, sartenes, cubertería y vajilla, aceite, sal, latas de conserva, la sidra y toda clase de vinos y licores. Lógicamente, los artículos perecederos - carne, pescado o verduras - los habrá adquirido previamente en el mercado. 

Acabada la cena, el socio anotará en la lista todos aquellos productos que ha tomado de la despensa y bodega. Hará las cuentas y señalará el importe que toca pagar a cada uno de los comensales  y será depositado, junto a la lista de precios y los consumos, en un buzón colocado para este fin.

En la descripción anterior quedan expuestas las características de una Sociedad gastronómica. Son estas: a) la existencia de una cocina y bodega; b) el autoservicio de los socios; c) quien cocina lo hace de forma gratuita; d) el abono de las materias utilizadas se hace sin otro control que la conciencia del socio

Otra muestra de la confianza recíproca entre los socios es la llave. Cualquier socio tiene derecho a poseer la llave de la Sociedad, de forma que puede acceder a ella cuando le apetezca, sin limitación de horarios. 
Como el sistema se basa en la mutua confianza, es lógico que la entrada de nuevos socios se controle rigurosamente. Deberán ser presentados por otros socios que los avalen, funcionando además el derecho de veto por el que puede impedirse la entrada de cualquier aspirante.


Y con esta pequeña y clara explicación de lo que significa una Sociedad Gastronómica les digo que inició la fiesta, haciéndonos sentir en casa y como invitados de lujo.   

Para Sandra y mi persona, poder participar y ser parte de este día nos llenaba de satisfacción porqué como saben somos parte de una sociedad gastronómica acá en nuestra bella Mérida.   La enseñanza era para todos, y donde la palabra clave en todo ello se llama ¨confianza y respeto¨

Esa noche algunos de los lugareños, se tomaron hasta el agua de los floreros como se dice coloquialmente  y fueron parte de la velada, donde incluyó cantos, bailes, buena conversa, risas, y por supuesto mucho disfrute. 

Posteriormente tuvimos un segundo y maravilloso encuentro con otra sociedad gastronómica, su nombre ¨Aizepe¨ en el centro de Donostia- San Sebastián y su fundación data  del año 1924. El funcionamiento y la finalidad, la misma pero en otro estilo.  De igual manera en ambas el compartir es con sus socios y amigos de Mikel (lider del grupo) haciéndonos sentir bienvenidos.

¨Aizepe se asienta en el edificio de viviendas más antiguo de San Sebastián. Solo le preceden en el tiempo las iglesias de San Vicente y Santa María y el actual Museo de San Telmo, antes monasterio de Dominicos. La casa se denominaba "de los holandeses", pues en ella tenían su escritorio en el siglo XVII comerciantes de esta nacionalidad ocupados en el tráfico del cercano puerto. En el incendio del 31 de agosto de 1813, las únicas casas que se salvaron fueron las situadas hacia el norte - los números pares - y entre ellas ésta que nos ocupa¨

¨Aizepe es Sociedad al estilo más tradicional en sus reglas y funcionamiento. Cuenta con 200 socios -  y una lista de espera de cerca de cuarenta nombres.¨




























Las imágenes hablan por si solas.






Gracias amigos por tanto.




Así transcurrian nuestros días, entre compartir y compartir, entre disfrutar y seguir compartiendo, entre aprender y conocer, entre personas muy amables, muy sencillas y que dejaban sin querer y sin prentederlo enseñanzas para el día a día. Analizar, comprender con detalle lo que significa una Sociedad Gastronómica en el país Vasco comienza por entender grandes valores como honestidad, respeto, hermandad y muchas cosas más.


Buen momento para mi, recordar lo que representa en nuestro caso en Mérida - Venezuela, nuestro grupo y nuestra familia.



Todavía faltan algunos días para culminar esta maravillosa aventura por España y ahora en el país Vasco.



Hoy quiero cerrar el relato de esta semana saltando al día 09 de junio con la visita a la bodega Arbela, ubicado en la provincia de Gypuskoa, Guipúzcoa, país Vasco. Su nombre Aia. El vino es diferente, se llama Txacoli, Chacolí, y es elaborado con la cepa Hondarrabi zuri, dando un vino fresco y fácil de beber, con la denominación de origen Getariako Txakolina.




Aquella tarde, en ese enclave mágico donde la mirada se puede perder en el verdor de la naturaleza y sus montañas, donde Ramón y Aitor como anfitriones colocaron orgullosamente de sus productos alimenticios de elaboración familiar para compartir en la mesa. Ya para este momento, Ramón había dedicado muchas horas con nosotros, desde la llegada al País Vasco de alguna manera siempre estaba presente y por lo tanto ya este día era uno más del grupo. se convirtió en un anfitrión, que era como decimos en Venezuela, ¨pana.¨ Degustar sus vinos me encantó, incluso no me cansaría de tomar el básico de ellos porque lo cítrico de naranja verde claramente descriptible, la salinidad y acidez presente muy equilibrada lo hacen un delicioso vino. Aitor, su hermano, se esmeró en la preparación de la mesa para esa tarde. Gracias amigos.
















Para mi próxima y última entrega de este recorrido estaré narrando, sobre nuestra visita a la ciudad de Donostia y a Bilbao, luego a la cooperativa productora de los famosos quesos con Denominación de origen Idiazabal y la clase magistral del Sr. Dani Corman sobre Jerez y Manzanilla de San Lugar de Barrameda.

Salud
Vicente A. González H.
Integrante de la Sociedad Gastronómica de Mérida.
Sumiller - Sommelier.
Mérida - Venezuela


























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